Jue. May 2nd, 2024

Para las reglas de la política tradicional, para la disputa entre dirigentes que ocupan el poder hace años, la piedra en el zapato fue ceder por ley lugares a una mujer. Se pusieron y se sacaron nombres de candidatas, como quien mueve piezas en un tablero protagonizado por varones.

Dejar un mapa más o menos exhaustivo de la oferta electoral que plasmó el cierre de listas, requiere necesariamente, en primer lugar, un repaso por los nombres de las mujeres que se convirtieron en candidatas, casi siempre en segundo lugar.

Aprender los nombres, como primera medida; saber quiénes son, qué esperan de su actuación en política, si fuera posible, como segundo paso.

Esta instancia electoral es la segunda en la que opera la vigencia de la Ley 27.412 de Paridad de Género en Ámbitos de Representación Política.

La primera vez fue en 2019, pero la mayor cantidad de puestos en juego, con una renovación de cargos a nivel nacional, provincial y municipal, hizo que la paridad para las listas de diputados y de senadores nacionales no suscitara mayores inconvenientes. Las mujeres fueron siempre -salvo para la izquierda- detrás de un varón, en el Frente de Todos, en Juntos por el Cambio y en las listas de Consenso Federal.

Esta vez, con apenas cinco cargos en disputa en Entre Ríos, cinco puestos en la Cámara de Diputados de la Nación, la paridad se hizo sentir, fue un escollo grande para los cierres resueltos entre muy pocos dirigentes entre los que casi nunca hubo una mujer.

Puzzle de varones

Hace dos, tres meses, que las preguntas repetidas, las que aguachentan la fiesta de la política exclusiva de varones, son ¿quién pone la mujer? ¿qué sector controlado por un hombre pone la mujer? ¿quién (siempre un varón) cede sus aspiraciones?

En Juntos por Entre Ríos (el nuevo nombre de la alianza UCR- PRO) esta realidad se hizo ostensible. Se manejaron nombres como quien mueve fichas de un tablero: sacar un peón -peona-, poner otro, ver cómo calza, dónde impacta, dónde suma, dónde golpea.

La UCR realizó un congreso provincial que no exigió la cabeza de lista de la coalición opositora. Sólo pidió que se respeten las minorías. La lista que lleva en primer lugar a un radical, Pedro Galimberti, intendente de Chajarí, cedió el segundo lugar al PRO, “una mujer de Niez” fue todo el dato que circuló. Pues la mujer se llama Mariana Salinas y es dirigente de su partido en Concordia. Recién fue en el tercer puesto el cofundador del espacio interno con Galimberti, su par de Crespo, Darío Schneider.

Rogelio Frigerio convino con un dirigente porteño, varón, Martín Lousteau, quien lo secundaría en la lista. Hubo tres variantes que se pusieron y se sacaron varias veces hasta que se impuso un cuarto nombre de mujer. Se podrá ir tomando nota de quien es: Marcela Ántola, una concejal, radical, de la ciudad de Gualeguay.

La paridad complicó las cosas. Si no hubiera existido, hasta podría haberse planteado una sola nómina que incluyera a todos los que estuvieron anotados para esta elección: Frigerio, Galimberti, Atilio Benedetti.

En el Frente de Todos fue todo más conocido desde un principio. La sorpresa fue el nombre de quien encabeza la nómina, Enrique Cresto. Así como se naturaliza la política hegemonizada por varones, la sorpresa fue el nombre del varón que encabezaría. Lo que no fue sorpresa fue que Carolina Gaillard iría en segundo término.

La alianza del Partido Socialista con el Partido SER se rompió un par de días antes del cierre de listas. Había dos varones pugnando por el primer lugar, nadie quería ir segundo y menos “ceder” el lugar a una mujer de su espacio. Finalmente hay dos listas socialistas para las PASO, encabezadas ambas… Si, obvio, por varones.

Hasta Manuela Castañeira decidió no desentonar. La dirigente del Nuevo Más, nacida en Paraná, dirigente feminista de fuerte presencia en los medios porteños, hizo saber a los porteños que lleva una lista en Entre Ríos. Y que la encabeza un varón.

Mujeres

En este escenario, hay dos precandidatas mujeres para esta elección. La primera, Nadia Burgos, quien encabeza la boleta de la izquierda desde hace varios años. Vuelve a ser el nombre del FIT-Unidad con el paraguas del MST. Hubo comentarios del tipo, “¿otra vez, Nadia Burgos?”, comentarios que no son tan habituales cuando hay nombres de varones que se repiten hace 20, 30 años en las boletas y con acceso seguro a los puestos de poder.

Otra mujer, hija, nieta y sobrina de dirigentes radicales de Paraná, varones, es candidata a diputada nacional. Lucía Varisco, hoy legisladora de la provincia, asume ahora el desafío de liderar su espacio y por fuera de la interna de Juntos por Entre Ríos.

Hubo una vez que el poder, protagonizado por varones, llevó a reformar la Constitución de la provincia de Entre Ríos a la madre de un dirigente al que “le tocaba” la banca y a la hija de otro caudillo departamental. Quién sabe. Quizá esa madre y esa hija honraron su cargo mejor que los que primero habían sido beneficiados con la repartija de cargos públicos.

La ley nacional de paridad fue un escollo. Y el estreno de la paridad integral en Entre Ríos lo será de igual modo en 2023. Renovar la política, oxigenarla, revitalizarla no tiene exactamente que ver con que las mujeres se “cuelen” entre varones en las listas. No necesariamente. Se trata de otra cosa, se trata de derechos, se trata de abrir el juego a otras miradas. Solo así será más fácil desnaturalizar el machismo que ha primado en estos cierres de listas. Casi sin que se lo vea.

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