Mié. Nov 6th, 2024

Lo que se puede esperar de acá al 14 de noviembre. El rumor que dio vueltas en las tumultuosas horas de crisis política en la Rosada. Lo que está en la cabeza de Cresto.

Por iniciativa de una periodista, Gustavo Bordet anunció que a fin de año hará los cambios de gabinete. Por lo tanto queda mucho por especular y buena letra por hacer, quienes quieran un lugar para el último tramo de la gestión.

Tras la enorme derrota de hace dos domingos, en el peronismo lo que abundó fue el silencio. Los legisladores nacionales Marcelo Casaretto y Blanca Osuna atendieron el teléfono. En el plano de la provincia Angel Giano fue quien le puso voz a la autocrítica ese mismo lunes siguiente. El único, quizás, respecto a quienes ocupan cargos institucionales en Entre Ríos. La línea del oficialismo fue dejar que baje la espuma y evitar ponerle la cara a la derrota. En definitiva, ya habían hablado las urnas, para qué volver a hacerlo.

Enrique Cresto apeló sin perder tiempo a los más cercano: puso en “estado de asamblea” al PJ de Concordia y se fue hasta San Salvador, donde lo esperaban el intendente Lucas Larrarte (quinto en la lista) y Hugo Berthet.

La ministra de Salud, Sonia Velázquez, fue la única funcionaria que tuvo el gesto de poner a disposición el cargo, como se acostumbra en una coyuntura de estas características.

La crisis política en el gobierno nacional no tuvo reminiscencias en Entre Ríos. Lo más cercano con la provincia fue que el nombre de Bordet dio vueltas en algunos borradores para ocupar el Ministerio del Interior. El dato no alcanzó a filtrarse más que en algunos off de record de algún medio nacional. Con la asunción de Laura Stratta dos años ante al lugar que pretende disputar en las urnas hubiese sido interesante para salir un poco de la modorra.

Por unos días no habrá campaña. En una semana se comenzará a mover la agenda proselitista de la que se desconoce aún el libreto, pero tiene un mandamiento inapelable: la gestión. Se bajarán obras, se harán anuncios e inauguraciones hasta que cronómetro electoral lo impida por la veda. Quienes están a cargo de esta cuestión y los candidatos coinciden en que hay poco por hacer. Es imposible provincializar sin desmarcarse de Nación. Esto, que es cierto, también sirve para entender por qué en el oficialismo nadie se sacó el barbijo aquel domingo fatídico ni lo hará hasta fin de año. Simple, Bordet no se distanciará de la Fernández o Kirchner, como tampoco enfrentó a Macri en su momento. Con adelantar las elecciones cree que le alcanza. El 2023 parece presentar otra perspectiva.

El ex intendente de Chajarí, Juan Javier García, en una entrevista con Página Política, sostuvo que el peronismo no se movilizó para el 12 de septiembre pasado y que con el mandatario y algunos funcionarios no alcanzó:

¿Si la ola nacional fue irremediable, por qué Daniel Rossi ganó en Santa Elena o Gustavo Bastián en San José? Cresto entiende que se puede, por lo menos, municipalizar un poco la campaña. Mover la estructura, el aparato, lo demás ya será el estado de la gente al momento de ir a votar. El concordiense lo escuchó en boca de Larrarte. De paso veamos que tiene de estructura cada precandidato se le escuchó decir a un estrecho colaborador del candidato en primer término, con tono al 2023. En Concordia, por las dudas, ya están en estado de asamblea. Parece que se quisiera aplicar el manual kirchnerista en provincia de Buenos Aires. Algo así como salvémonos nosotros.

El peronismo no se moviliza desde el 2007, cuando se aprobó la Ley Castrillón y la hoja de ruta fue a partir de allí hacer silencio, pasar desapercibido y armar un paquete supuestamente territorial para llevarle al gobernador de turno ante el inminente cierre de listas. El trasvasamiento generacional dejó apenas algunos jóvenes urribarristas que se olvidaron de su jefe en los peores momentos a tal punto que dejaron de lado esa estética del chupín que los supo identificar.

De acá al 14 de noviembre se puede esperar poco por parte del oficialismo. En la era Bordet, las elecciones de medio término fueron un asunto nacional. El verdadero partido se juega en los comicios  provinciales. Una devolución, quizás involuntaria, que a la hora de los bifes, cada uno salva su ropa.

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