Lun. Ene 20th, 2025

Frigerio, y el recuerdo de cuando Busti los presentó junto a Cresto como las dos grandes promesas del PJ.

Hace unos días Rogelio Frigerio recorría Paraná campaña, ese distrito electoral fundamental en el que votan más de 90.000 personas, y Cambiemos hace, sumando sus propuestas, la mayor diferencia del territorio provincial, dejando tercero al Frente de Todos.

En Hernandarias un hombre repentinamente se le acercó y le dijo sin proemios: “Yo a usted lo conozco”. Sonriente como manda el manual de buenas prácticas políticas, con gentileza, el hoy macrista interrogó al desconocido: Si.., ¿de dónde??. Con una precisión milimétrica y con tono monótono, memorioso le espetó textual, “de cuando festejamos el día del militante, en 2008 en La Rural. En esa ocasión Don Jorge Pedro Busti lo presentó a usted como una de las dos grandes esperanzas del Partido Justicialista…”Ah si.., recordó Frigerio, ya algo incómodo, aunque sin dejar de mostrar un gesto agradable, y casi por un acto reflejo enseguida le preguntó ¿¿Quien era la otra??.. El interlocutor le tiró lacónico un par de palabras que retumbaron en los oídos del desarrollista: “Enrique Cresto”. Ensayando una sonrisa agregó rápidamente después lo compró el “pato”. El frío cortante del silencio y otros saludos terminaron el momento que quisimos recuperar para ésta columna.

El hecho fue real. Puede leerse lo retratado como un deja vu, una premonición, una simple anécdota o una visión a futuro de Jorge Busti. No importa. De todos modos nos traslada 13 años para atrás y automáticamente nos devuelve al presente. También nos coloca en perspectiva para mirar el futuro, porque quizás entre ellos dos se defina el período 2023-2027. Pero para eso falta mucho…
Ese tufillo peronista que conserva el primer candidato a diputado nacional de la lista de cambiemos pese al barniz que lo tiñó de “gorila o anti-pueblo” para los críticos en su extensa incursión en el Gobierno de Cambiemos entre 2015 y 2019 como Ministro político de Macri quizás de la pauta no sólo de la razón por la cual Carrió lo tilda de traidor, sino, en lo que aquí interesa, de las empinadas diferencias que saca en las encuestas a esa otra figura con la que festejó el día del militante en el 2008. ( más de 15 puntos en el departamento Paraná , por ejemplo) La virtud principal no es que sólo aglutina el voto antiperonista, (como fue el caso de Montiel, y en menor medida Benedetti y Varisco). Sino que además es capaz de contener y no refractar al voto típicamente peronista, hoy desilusionado, defraudado. Lo capta. En otras palabras: el peronista de sangre, si se nos permite la expresión, no se incomoda ni se tapa la nariz en la urna, ni deja de sentirse auténticamente peronista si lo vota. Lo resumió con menos elegancia un pope sindicalista: “No me siento tan traidor como los del gobierno si lo voto”.
Peronista después de todo y al fin y al cabo tanto como Moine, Alasino, Garbino ,Leissa,  Vergara , Gareca Blanco , Sibulofky .y otros tantos más…como antes lo hizo Busti sin taparse la nariz.

Los y las empleadas del Estado Provincial (maestras, enfermeros, iapv, judiciales, copnaf, iosper, vialidad, registro civil, ater, etc.) siempre votaron mayoritariamente al justicialismo. Es un movimiento que naturalmente seduce ese universo, pues se forjó justamente agitando las banderas de leyes protectoras para el mundo laboral-

Lo mismo ocurrió, casi por tradición, con los empleados y empleadas Municipales de Paraná, Concordia, Concepción del Uruguay, y otros tantos distritos importantes. Por eso los liderazgos fuertes de paladar negro peronista como los que ejercieron Jorge Busti y Sergio Urribarri pudieron no sólo ganar elecciones, sino que, además, cuando les tocó perder por las contingencias nacionales que los excedían, lo hicieron por poco margen. En términos tangueros trayendo a Gardel y Lepera, por una cabeza. ( 1 punto) Supieron moldear un armado que aseguraba un piso alto, una más que aceptable performance, sobre todo con muñeca intuitiva, buena gestión y habilidad política, tres rubros en los que Bordet muestra una pobreza franciscana.

Traccionan votos tanto el Gobernador (o los Gobernadores) con la capacidad adquisitiva de los salarios de los estatales, como con lo que se trabaje en seguridad, atención en los hospitales, estado de las escuelas, días de clase, el estado de rutas y caminos, las obras de infraestructura, las industrias que logran que se instalen. En tanto los intendentes cuidan el capital político con alumbrado, barrido, limpieza, buena administración de lo que recaudan con las cajas municipales y los impuestos coparticipables, gestión de los recursos sociales ya que son los que están como les gusta decir a ellos, “siempre al lado de la gente viviendo en primera persona lo que les pasa a los vecinos”. Entonces es en esa sinergia virtuosa es que entre ambos le dan brillo, volumen, acompañamiento, bajada, a los diseños nacionales. Arropan con el calor de los votos porque son referencia, tienen credibilidad. Todos y todas saben quién es quién y donde los pueden encontrar parados.

No es el caso de Bordet: Llegó al gobierno de la mano de Urribarri, y antes gracias a Busti, fue reelecto en la intendencia de Concordia derrotando al histórico Juan Carlos Cresto. Aunque repitió, nunca consolidó un auténtico liderazgo popular propio, ni es dueño de un carisma personal que sea cautivante para el electorado. Tiene una imagen insulsa, hoy bastante desteñida, deteriorada. “No representa al peronismo” fue mucho más contundente un militante de base que en ésta campaña jugará sus fichas en contra “Muy tibio, “no parece peronista” nos confesó otro de los “desilusionados”. Siempre se sintió más cómodo rodeándose de personas que lo secunden si no tienen esa impronta pragmática tan particular, típica del peronista: casos Rosario Romero del PI, Rodríguez Signes, Kueider,.. Gay. No sólo que son de suma cero dentro del peronismo, sino que además, son auténticos piantavotos. Además sin dotes de estadista, ni buen lector del panorama cuando le tocó conducir; Para muestra, por ejemplo, declamó que el Kirchnerismo estaba terminado en el apogeo de Macri. De armados anteriores al suyo heredó una tradición que acentuó descaradamente: la del “militante pago”. Las prebendas, los subsidios, los contratos, nombramientos en cargos sin funciones, todo sirve para que de momento se muevan en pos de los objetivos comunes o para “que no jodan”. Contribuyó en ese sentido a visibilizar la frase célebre de Juan Domingo Perón: `La Argentina es un país riquísimo que hasta ahora ha sido saqueado por propios y extraños`.

Pero ocurre que lo manejó a diferencia de sus predecesores con tanta impudicia e impericia que “todo le cuesta el doble”. Es tan escandaloso el desastre que ya nadie mueve un pelo y si lo hacen es por bastante más que los dos pesos de la prebenda o el contrato inicial. Pese a las pautas millonarias y el márketing los medios amigos no pueden hacer milagros. El pueblo está disconforme. Y ojo con eso, ya Nicolás Maquiavelo decía: Todos los estados bien gobernados y todos los príncipes inteligentes han tenido cuidado de no reducir a la nobleza a la desesperación, ni al pueblo al descontento.

De aquellas dos figuras que vislumbró el “cazatalentos” Busti en el 2008, Enrique Cresto es claramente más peronista que su contrincante Frigerio, que ni siquiera ya se identifica como tal. Si bien nadie tiene un “peronómetro,” Cresto es un auténtico paladar negro, de cuna y estirpe peronista. Libra por libra en un mano a mano le debería ganar por escándalo en ese rubro. Pero –paradójicamente- vastos sectores que siempre votaron al peronismo, por rodearse de tibios, inoperantes y deshonestos no lo van a acompañar. Lo perciben más peronista a Frigerio. Como si sin saber le quisieran recordar quienes no lo eligen: Dime con quién andas y te diré quién eres. Los propios, cuando lo ven con sus nuevos amigos, por lo bajo le recuerdan aquel famoso proverbio chino: «Es fácil esquivar la lanza, más no el puñal oculto».

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