Lo dijo en su paso por Concordia, donde presentó el plan para la promoción del trabajo registrado. “Ahora dejará de ser incompatible la idea de tener un plan social que los auxilie con la idea de trabajar”, sostuvo.
Alberto Fernández estuvo en Entre Ríos, con centralidad de sus actividades en Concordia, una de las capitales alternativas según el gobierno nacional y cuna del candidato en primer término para la Cámara de Diputados: Enrique Cresto.
El Presidente saludó que “poco a poco se esté saliendo” de la pandemia donde “sentíamos que la muerte caminaba entre nosotros”.
Flanqueado por Gustavo Bordet (que lo presidió en la palabra) y los ministros de Trabajo, Claudio Moroni; de Obras Públicas, Gabriel Katopodis; de Desarrollo Social, Juan Zabaleta y de Agricultura, Luis Basterra. En la mesa se sentaron también Cresto en una punta y Laura Stratta en la otra.
En el público estaban los otros candidatos del Frente de Todos por Entre Ríos y el gobernador de Tucumán, Juan Manzur. Además de la Directora Ejecutiva del Instituto Nacional de Juventudes, Macarena Sánchez y el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello.
El motivo de la llegada del jefe de Estado fue para lanzar el plan para la promoción del trabajo registrado y la ampliación de la protección social para 250.000 trabajadores rurales. Por eso el lugar elegido fue Argencitrus, una empresa cítrica.
Al referirse a los trabajadores de la cosecha, los trabajadores golondrina, Fernández explicó que “muchos de estos, en el tiempo que no trabajan, tuvieron el auxilio del Estado para sobrellevar ese tiempo y cuando volvían a su trabajo, se encontraban en un dilema: `me quedo con el plan, que es lo seguro, o me arriesgo y vuelvo al trabajo sin saber qué pasará mañana´”. Fue en ese sentido que reconoció que esa situación “genera intranquilidad en aproximadamente 250.000 personas que trabajan en esas economías regionales”.
Al ponderar el plan que compatibilizará la percepción de los planes y programas sociales y de empleo con el trabajo registrado, el Presidente destacó que “ahora dejará de ser incompatible la idea de tener un plan social que los auxilie con la idea de trabajar, porque nuestro objetivo no es que la gente tenga planes sociales, sino que la gente tenga trabajo; nuestro objetivo es dignificar el trabajo”.
Recuperación
El jefe de Estado enumeró que “ahora viene una etapa en la que la recuperación empieza a sentirse, donde la producción crece y donde la actividad industrial lleva meses consecutivos de crecimiento, donde el empleo industrial no para de crecer, y donde también tenemos problemas, como la inflación”.
Y agregó: “Porque más allá de que los precios internacionales de los alimentos aumentaron, en Argentina hay aumentos desmedidos producto de la voracidad de los formadores de precios, a los que hay que explicarles que este es el tiempo de ser solidarios”, apuntó.
“Tenemos que marchar poco a poco a construir ese país. No es imposible. No hacen falta revoluciones en las que corra sangre, lo que hace falta es la honestidad intelectual de admitir lo injusto del tiempo en que vivimos y tener la ética que la política ha nacido para resolver los problemas que la convivencia genera: los problemas de injusticia, donde unos pocos se quedan con mucho y millones lo padecen. Eso es lo que nosotros queremos discutir”, apuntó.
Más adelante le envió un mensaje a “los que producen para exportar, porque Argentina necesite salir al mundo y traer dólares, porque además tenemos que cargar con una deuda increíble que ninguno de los que está acá ha firmado y quiso, pero que todos los que estamos acá vamos a tener que pagar”.
Para terminar, dijo que “viene un tiempo mejor y que fueron dos años muy difíciles, pero que en los dos años que vienen vamos a tener la revancha que nos merecemos, para que hagamos de una vez y para siempre la Argentina que nos merecemos. Vamos a vivir la vida que queremos”, cerró, con el slogan de campaña.
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