El viernes el FMI finalmente aprobó el acuerdo con la Argentina y se activó el giro inmediato de US$ 9.656 millones, servirán para saldar los dos vencimientos de este mes con el FMI por un total de cerca de US$ 2.800 millones, que la Argentina cancelará el jueves 31.
La aprobación definitiva del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), superadas todas las instancias formales del Ejecutivo, Legislativo y del propio Directorio del organismo, gatilló automáticamente una hoja de ruta dentro los términos del entendimiento para refinanciar la deuda de US$ 45.000 millones contraída en 2018 por el entonces presidente Mauricio Macri.
El viernes fue el día decisivo y las expectativas estaban centradas en Washington donde el board (Junta) del FMI finalmente aprobó el acuerdo con la Argentina, y al término de la reunión la directora gerente del Fondo, Kristalina Georgieva, difundió un comunicado en el que destacaba que «un fuerte consenso político y social es clave» para el éxito del programa.
Una vez aprobado el acuerdo, se activó el giro inmediato de US$ 9.656 millones que incrementaron las reservas a US$ 43.321 millones, y que servirán para saldar los dos vencimientos de este mes con el FMI por un total de cerca de US$ 2.800 millones, que la Argentina cancelará el jueves 31, el plazo límite otorgado por el organismo multilateral.
De esta forma se mantendrán las reservas en un nivel que permitirá cancelar el resto de los vencimientos, y a la vez cumplir con una de las metas cuantitativas del año 2022 con el organismo, de acumular al menos US$ 5.000 millones en reservas.
Luego se activará un cronograma de tareas y desembolsos subsiguientes en los próximos dos años y medio que durará el nuevo programa, y que implica una reprogramación de los vencimientos de los US$ 45.000 millones de deuda con el Fondo hasta el 2034.
En cuanto a los giros del FMI, está previsto que en junio sea la primera revisión trimestral tras lo cual se ejecute un nuevo pago aproximado equivalente a US$ 4.190 millones, según los valores actuales del DEG (Derechos Especiales de Giro), la moneda del Fondo.
Posteriormente, en septiembre está previsto el giro de otros US$ 4.190 millones si se cumplen los términos de la tercera revisión, y ya está pactada una cuarta revisión para diciembre, por un monto mayor, de casi US$ 6200 millones.
De esta forma, el Tesoro Nacional recibirá más fondos de los que deberá pagarle al Fondo en 2022, alcanzando un financiamiento neto de 0,7% del PBI (Producto Bruto Interno), tal como reza el documento del acuerdo.
En cuanto a las metas, hay dos más cuantitativas, además de la arriba enunciada de reservas, que deberá cumplirse a lo largo de 2022: por un lado, la fiscal, donde el Ejecutivo deberá cumplir con una reducción del déficit con una meta de déficit primario de 2,5% del PBI; y por otro, la meta de la disminución de monetización, de manera que el Banco Central no financie al fisco en más del 1% del Producto.
En cuanto a la inflación, se trata de una meta indicativa anual, donde se espera que se ubique dentro de un rango de 38% a 48%; y continuar con una esquema gradual de reducción en los años subsiguientes..
Para constatar la evolución de metas cuantitativas e indicativas, entre medio de las revisiones, los técnicos del FMI desde Buenos Aires deberán enviar a Washington una seria de datos con distinto tipo de frecuencia semanal, quincenal, o mensual, de las principales variables económicas argentinas, estados de las instituciones financieras, del sistema monetario y otros detalles que puedan afectar la balanza de pagos, como eventuales fallos pendientes (como los del Ciadi) en contra del país.
Hacia fin de año se espera la presentación de un cronograma para tender a reducir las restricciones cambiarias, entre otras pautas.
Una mención aparte merece el capítulo relacionado con los subsidios y tarifas, ya que se definió que la segmentación tarifaria comenzará a aplicarse a partir del 1 de junio -se prevé la convocatoria a audiencias para abril- donde el 10% de los hogares de mayor poder adquisitivo deberá pagar tarifa completa.
Luego, los usuarios beneficiarios de la tarifa social recibirán un incremento total en su factura para cada año calendario que será equivalente al 40 por ciento del coeficiente de variación salarial (CVS) del año anterior; es decir, que este grupo recibiría aumentos que no superarán en total el 22% durante todo 2022.
En tanto, para el resto de los usuarios el incremento total en la factura para cada año calendario será equivalente al 80 por ciento del CVS correspondiente al año anterior, de modo que las subas en las boletas serían en total en el año del 42,7% (se computan las subas ya pautadas para marzo).
Por último, cabe mencionar que los vaivenes de la coyuntura internacional aportan incertidumbre al cumplimiento de alguna de las metas propuestas, y es algo que reconoce el Memorando de Entendimiento.