Jue. Nov 21st, 2024

Nada está resuelto en el oficialismo. En rigor, en la mente de Gustavo Bordet. “Todo lo que sea posible y nos favorezca está sobre la mesa”, disparó una de las pocas voces que tiene acceso al Gobernador, sobre todo en asuntos políticos.

Por estos días en algunas mesas que se arman por fuera del radar del mandatario se comenzó a agitar la eliminación de las PASO, una instancia que si se la mira con las anteojeras del 2021 se advertirá que favoreció, y mucho, a Juntos por el Cambio.

Esa maniobra que acaba de establecer Salta entusiasma a sectores del peronismo y pone en alerta a la oposición. El diputado Julián Maneiro lo dejó claro en una entrevista con Página Política la semana pasada:

Eliminar las PASO significaría borrar de un plumazo la Ley Castrillón. La norma que se creó para sepultar cualquier pelea en el peronismo durante los últimos 15 años, su eliminación ahora vendría a complicarle la vida a la oposición, donde están puestas las mayores expectativas de cara al 2023, precisamente porque tiene dos candidatos competitivos. Esa estructura jurídica destruyó la vida interna de los partidos, pero la política electoral, como se ve, gira en torno a ella. Cuando solo se quiere ganar, se impone el presente y se enajena el futuro. ¿Hay vida después de 20 años? ¿Con quiénes?

Juntos por el Cambio tiene dos buenos candidatos: Rogelio Frigerio y Pedro Galimberti. Por el PRO y la UCR. Ambos demostraron que las diferencias las pueden dirimir en una interna y en una general tirar todos del mismo carro. El peronismo no tiene aún un nombre y no se sabe si en una interna podría saldar las diferencias planteadas dos meses antes. El último caso que registra es de 2017 cuando Jorge Barreto reclamó el quinto lugar por la minoría. Quedó pataleando. Aún se espera que Bordet convoque al congreso del PJ, reforme la carta orgánica y fije un piso de 15 para la minoría. Es tan lejana la posibilidad que el peronismo tenga interna que nadie reclama esa promesa. Excepto quienes acompañan a Martín Piaggio, que dejó trascender que peleará por la Gobernación.

La eliminación de las PASO deja un enorme interrogante: cómo resolver las candidaturas en un frente donde hay más de un nombre.

El argumento para llevar adelante esa jugada cuenta con una narrativa perfecta para los tiempos que corren: el gasto en la política. El propio Frigerio tiene grabado en su casete que repite ante cualquier micrófono la consigna de bajar el costo de la política. De avanzar con la iniciativa posiblemente escucharemos preguntas como ¿cuántos jardines maternales podrían hacerse si se eliminan las PASO?

Borrar de un plumazo esa instancia sólo se puede dar en un escenario de desdoblamiento. En una elección unificada la decisión queda a cargo del Congreso, donde los números para el oficialismo son más complicados.

Radicales y dirigentes del PRO dieron cuenta ante Página Política que la idea de eliminar la Ley Castrillón toma volumen en ámbitos del oficialismo. En el sector de Frigerio, por lo menos, habría una coincidencia con Bordet: el adelantamiento. El ex ministro del Interior quedó golpeado por las declaraciones de Elisa Carrió esgrimidas en el marco de la interna nacional. Más vale desacoplarse de todo el ruido de Buenos Aires.

El adelantamiento tendría acuerdo entre los principales dirigentes de la política entrerriana.  La exclusión de las PASO el rechazo de la oposición. Un uno a uno. Casi consenso.

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