La decisión de Gustavo Bordet de elegir a Adán Bahl como el candidato oficial del peronismo para la Casa Gris, impuso un marco para las expectativas de los distintos dirigentes anotados para la sucesión.
Martín Piaggio y Enrique Cresto estudian el mejor escenario para sostener sus postulaciones, con grandes escollos para darle forma a una interna. Mientras tanto, los anotados más cercanos a Bordet, el secretario de Agricultura, Juan José Bahillo y Laura Stratta no demoraron su acompañamiento a la decisión del mandatario, declinando así sus aspiraciones.
Stratta esperará su turno. Se promete trabajar, a partir del 11 de diciembre, para consolidar un proyecto que dispute la Gobernación en cuatro años. ¿Desde qué puesto? Nada se sabe a ciencia cierta y el estadio de fuerte negociación en el armado del peronismo, con miras a la pretensión oficial de una lista de unidad, hace difícil pensar en un lugar ganado de una vez y para siempre.
Probablemente integre las listas para la Legislatura. ¿Podría encabezar la nómina de la Cámara baja? Dependerá de las negociaciones con los sectores del peronismo que aun sostienen sus postulaciones.
¿Y si le proponen que complete la fórmula de Bahl? Se verá. El candidato lo ve con buenos ojos. Pero la expectativa de Stratta es otra. Repetir en el puesto sería descartar para siempre la Gobernación, si cumpliera dos mandatos al frente del Senado. Así lo dispuso la Constitución reformada en 2008.
A lo largo de su historia política, en el peronismo la han desafiado, una y otra vez, a “ganar” en su territorio, Victoria, desde 2015 gobernada por Juntos por el Cambio. El intendente es Domingo Maiocco, sin posibilidades de reelección. Una y otra vez se le propone a Stratta que vuelva a su ciudad a disputar la Intendencia, cumpliendo con un mandamiento sin mucho fundamento ni comprobación empírica que impondría tener la ciudad propia en un puño si se pretende ir por la provincia.
Hay candidatos lanzados en el peronismo de Victoria. Stratta encabezó el jueves un encuentro del peronismo local. En principio, no encuentra la conveniencia de que su proyecto provincial deba macerarse en la ciudad de la Siete Colinas. Ha hablado con Bahl del asunto. El Intendente le ha pedido opinión respecto del armado del peronismo en su ciudad.
Para Stratta, la apuesta será la continuidad del peronismo en la Casa Gris, de la mano de Bahl. Con poco margen para un juego propio, con un dirigente que prefiere asentarse en la dirigencia de su sector interno. Pero el proceso tiene un límite fijado por Constitución. El Intendente tiene la posibilidad de un solo mandato si llegara al Ejecutivo, ya que, como Stratta, cumplió su primer mandato como Vicegobernador de Bordet.
Si en cambio las urnas ubicaran a Juntos por el Cambio en la Casa Gris, con Rogelio Frigerio como dirigente con más chances, o con el radical Pedro Galimberti, Stratta tendría el margen de juego diferente que abre ser referente de la oposición. Pero un cambio de signo en el Gobierno, luego de 20 años de peronismo, darían aire a un proceso político que pretenderá durar ocho años por lo menos.
Hoy por hoy, Stratta tiene la ventaja de ser del riñón de Bordet. Esto que hoy es un plus, por la buena imagen del mandatario provincial, no lo sería tanto si le tocara al peronismo una derrota en Entre Ríos. El desafío para la promotora de la Paridad Integral será, como lo ha sido hasta aquí, consolidar un perfil propio en torno a la agenda del movimiento de mujeres, las políticas públicas en materia de emprendedurismo, una referencia clara como una generación nueva en el peronismo. Se trata de potenciar su lugar, tal vez el más preponderante que tenga hoy una mujer en la política entrerriana.
En este camino, se sabe desafiada por otra mujer, con enorme trayectoria en su partido: la ministra Rosario Romero que este jueves lanzó formalmente su precandidatura a la intendencia. Si la elección ubica a la dirigente como la continuidad de la gestión de Bahl, en Paraná, el 11 de diciembre, probablemente, también será para la ministra el punto de largada en el camino hacia otro lugar en el tablero político. ¿La Gobernación? Probablemente.