Enrique Cresto prepara su salida del Ente Nacional de Obras Hídricas y de Saneamiento (Enohsa), a la que hizo referencia Página Política hace dos meses, y prepara su aterrizaje en Concordia.

Llega a su ciudad, desde donde hará base para su campaña provincial, en un clima electoral. Su alfil Alfredo Francolini lanzó su candidatura a intendente. Lo hizo corriéndose del libreto de Gustavo Bordet, que pregona no hablar de esas cosas. Angel Giano, que tiene las mismas pretensiones, solo recorre la ciudad y se junta con diferentes sectores. Faltaría Armando Gay.

La salida de Cresto fue consensuada con Alberto Fernández, a quien le llevó un balance hace una semana; y con Sergio Massa, al que dice deberle el lugar que ocupa y ahora deja. En una etapa en la que todos ven al ministro de Economía como la centralidad del gobierno, el concordiense tiene a su favor haber construido una relación cuando el fundador del Frente Renovador presidía la Cámara de Diputados. Por estas horas se encuentra en Santa Cruz, junto a Alicia Kirchner, cerrando los últimos convenios que llevarán su firma. Para Cresto es con Todos.

El concordiense dejó un buen número de obras en toda la provincia. Obviamente más de lo que hubiese hecho si su cargo nacional estuviera en manos de un misionero, por ejemplo. A muchas de ellas las irá a inaugurar. Antes de despedirse, firmó con Francolini obras de pavimentación.

Se aseguró una herramienta interesante que utilizará como plataforma para mantener conversaciones con sus pares: la sede regional del Enohsa instalada en Villaguay. A ese dispositivo le sumará la bajada de funcionarios nacionales con los que tejió todo este tiempo. Se imagina a intendentes yendo a lo que no pudo ser: Concordia Capital Alterna.

Molesto con la jugada de Francolini, en su entorno aseguran que no tiene candidato para la sucesión. Se entusiasma con la interna, entre otras cosas, porque cree que no habrá lugar para un acuerdo. Pero además quiere posicionar a su ciudad como ejemplo de apertura. Que la capital del peronismo sea, también, la capital de la interna. Corre con la ventaja que en las principales ciudades en las que gobierna el oficialismo no hay candidatos que hayan expresado pretensiones.

Ya en el comando de la Municipalidad se tomará tiempo hasta las fiestas de fin año para dar señales en la gestión, con posibles cambios de gabinete. Enseguida se pondrá en modo electoral. “No lo agarran dos veces con una campaña a las apuradas como en las PASO”, advirtió un colaborador.

Cresto bajó un cambio con su idea de que será sí o sí precandidato. Lo único que promete es que trabajará tiempo completo para serlo.